Cabe resaltar que el retrato ocupa gran parte de la vasta producción de más de 460 obras de Anna Zarnecki. Esto aunado a su producción de retratos específicos, personajes como la Madre Teresa de Calcuta, Sor Juana Inés, personajes de la vida popular o de su familia, hace evidente que la búsqueda y el motivo principal de la autora es el retrato, consolidándose así como una gran retratista.
“A veces veo alguien que me inspira y ese instante se queda gravado en mi memoria. Antes, cuando salía más, me encontraba con personas melancólicas, pensativas, en espera de algo, de pan, de esperanza, del amado, aquéllos que representan la ruda realidad mexicana. Para hacer un retrato es necesario sentir a la persona, no verla como un objeto, ver al ser humano y qué es lo más importante subrayar en ese momento, pues todos cambiamos, y lo hacemos todo el tiempo, el instante de esa persona en un momento dado”.
Así los personajes de Zarnecki representan además una realidad atemporal, un recordatorio y una ventana a momentos conocidos y con los cuales cualquier espectador puede relacionarse.
“Yo me concreté mucho a la pintura de retrato, quise resaltar más lo que es la persona y no perderla dentro de tanta cosa que a veces la rodea en muchas pinturas, paisajitos, muebles, etc. Para mí lo más importante es el rostro, los ojos, las manos, en ellos se expresa la persona”.
Fuentes:
- Entrevista a Anna Zarnecki. México, D.F., Junio del 2010. No publicada.
- Mi hermana: el retrato en la obra de Anna Zarnecki (Pg.68 -69)
Ensayo parte del libro: “Encuentro con la expresión singular de Anna Zarnecki”. Mtra. Daiset Ruiz, 2010.