Es interesante que Anna Zarnecki, obsesionada por la belleza, la bondad y formalmente la armonía, incursione en un lenguaje como el surrealismo, ambiguo por naturaleza, inestable y permisible. La artista dedicará gran parte de su producción durante la década de los ochenta a incursionar en un lenguaje pictórico surreal, y aunque solo lo visita y juguetea con la idea de una nueva realidad, veremos influencia de esta exploración en años posteriores, cuando finalmente encuentra un lenguaje propio. Lo interesante es intentar entender por qué, qué de este llamado surrealismo le es común a Zarnecki a diferencia de otros movimientos.
La obra surrealista de Anna Zarnecki, inclusive aquella que realizará posteriormente, desata así la potencia inventiva hacia la libertad espiritual, donde se nos propone renovar nuestra mirada hacia la realidad exterior pero también cerrar los ojos para reconciliarnos con nuestro mundo interior, con nuestros recuerdos y sueños alojados en las profundidades más recónditas de nuestro ser. Su obra surrealista es quizá donde con más claridad se evidencia el proceso de subversión de los órdenes lógicos y la búsqueda por el ojo misterioso de los animales, la infancia recuperada y la potencia de la fantasía y el deseo expresada en los sueños.
Fuente:
- Súplica de los ciegos: ¿pintora surrealista? (pg.91-98)
Ensayos parte del libro: “Encuentro con la expresión singular de Anna Zarnecki”. Mtra. Daiset Ruiz, 2010.